Uno
de los motivos, no menores, por lo que elegía un Mc Donald un día de semana en
la noche mendocina era porque tenia la seguridad que no iba a venir nadie a tu
mesa a manguearte nada.
Demasiado que vamos y luchamos mentalmente contra el sistema por doblegarnos
por una banal hamburguesa, cómo para que en medio de ese pecado, caiga un Crew
del mes a pedirte una colaboración para el necesitado de turno.
Te
saca las ganas de todo y sin dudas que esa comunión entre la hamburguesa y uno,
es alterada por un pecado capital más... Ofreceme un conito y doná la ganancia,
pero plata no!
Flojo Ronald, eso no
se hace.
NDR: no estoy en contra de las donaciones, sino de las
empresas que usan tu caridad para beneficios propios. #hoyestoymalo