lunes, 11 de octubre de 2010

Ghost Writer

La verdad que la página sigue en blanco. Claro que para muchos, pensar que un escritor tenga su página en blanco es una mala señal. Y culturalmente, es tan así, que muchos escritores creen que así es. Pero lo cierto, es que cuando la hoja en blanco permanece, es porque algo grande se está gestando. Después, estará en cada propietario de dicha hoja que se de cuenta o no.
Lo cierto, es que la mía sigue en blanco y ya casi me estoy amigando, ya que sobre ese pleno, escribo muchas cosas que luego son borradas o lo que es más asombroso, al terminar, me doy cuenta que nada ha sido escrito. Todo está en el aire. Como los sueños, que algunos se cumplen, otros no y por supuesto, están aquellos que merecen el empujón para caer al estrellato o ser estrellado. De cualquier manera, deben llegar al precipicio y dejar que sea la naturaleza quien decida si es digno de volar o no.
Golpean la puerta y otra vez, los tacos de Julia, volvieron a mi vida. Sus piernas, sus medias. Su sensualidad que imanta cada una de mis acciones, me convierte en un esclavo de su cuerpo.
No se a que vino. Yo estaba muy tranquilo escribiendo cuando cayó con alguna excusa de otro trabajo freelance para algún político de turno. La verdad, que todo lo que ocurre con ella, es igual que el trabajo que siempre viene a ofrecerme: en forma fantasma.
Lo cierto, es que al saludarla y sentir ese perfume recién puesto, vestida para ser vista por la mejor de las lunas, pero a plena luz del día, no me dejó otra opción que hacerla pasar y de un abrazo sacarle todas las palabras de su boca con un beso que se humedeció con cada manotazo que arrojaba a su cuerpo.
Como pudimos, nos fuimos desvistiendo hasta llegar a la cama. Los zapatos fueron lo último que sonó sobre el piso de madera. Lo demás fueron gemidos y dedos que pasaban de una lengua a la otra. Palabras sueltas, chirlos apretados y movimientos duros, secos. Calientes.
No pude dejar de insultarla mientras usaba su pelo como rienda para domarla mientras encontraba la posición ideal para profanarle cada uno de sus deseos aún no soñados.
Los músculos seguían tensionados y nada parecía acabar con ellos. Ambos estábamos realmente calientes y el no decirnos siquiera “hola”, ayudó a enardecer una caldera que se alimentaba más y más con cada palabra que salía de nuestras bocas.
-         ¡Pará hijo de puta! Ponete un forro
La miro sin entender nada. Hacía media hora que estábamos saciándonos de la manera más carnal y descuidada que dos adolescentes cuarentones podían tener.
-         ¡Dejate de joder! - Dándole un bife en su mejilla y volviéndola a su posición.
Intentó liberarse con pocas ganas de mis brazos, hasta que su último grito, la dejó extenuada y llorando sobre una cama que, ahora estaba lejos de ser una caldera.
La abrazo, la saludo (nunca es tarde para un “hola”) y con unos besos sobre su espalda logro que deje de temblar.
Recorrió mi rostro con sus manos, se incorporó y sin decir una sola palabra, se vistió como pudo y se fue sin poder mirarme a los ojos.

Me siento de nuevo frente a la hoja en blanco y otra vez, lo absurdo y lo vacío llenó de fantasmas al escritor que hoy usó su pluma y su firma. 

6 comentarios:

guillote dijo...

jaja le sacaste hasta el aliento! cuanta verdad lo de la pagina en blanco... que bueno leerte nuevamente!!!! abrazo!!!

Anónimo dijo...

con razon

Anónimo dijo...

a por eso se te escaparon dos

Anónimo dijo...

Creo que tenes : SÍNDROME DE HIPERACTIVIDAD Y DÉFICIT DE ATENCIÓN

Ale dijo...

Hola! Soy Ale (de YaVeremos), muchas gracias por lo que escribiste de esta Oblogo.
Tenes un mail donde contactarte? Escribime a ale@yaveremos.com.ar que te queria comentar algo. Un abrazo.

Cris dijo...

Buen regreso !! si el título es real ......yo me voy derecho al purgatorio , digo , como sitio de espera hasta que alguien cambie de opinión!!.
Saludito
Cris//mujeresdesincuentay