sábado, 20 de marzo de 2010

Dos boludos en el desierto

Ya los dos arriba del taxi, pusimos los celulares en vibrador. Ninguno preguntó al otro por qué lo hacía, ya que estaba claro que ambos estábamos de trampa. La verdad que desconocía su vida, su presente. Supuse que el pedirme que la pase a buscar en un taxi, la convertía en una traficante de buenos momentos.

- a Le Prive, por favor – le indico al taxista que ya sabía de antemano mi jugada.
- Bah, ¿te parece o preferís otro lugar? – la miro a ella para que me confirme el telo (que es uno de los mejorcitos de Mendoza).
- El que digas, no tengo drama.

Gracias a Dios, que no cometió el error de decir que no lo conocía, porque si algo me molesta son las mentiras y mucho más si son absurdas. A esta altura, y con unas cuantas canas en la cabeza, no hablaría bien de ninguno de los dos, desconocer el mundo hotelero.

Particularmente, los detesto. La frialdad de elegir de antemano poco más que hasta las posiciones que vamos a intentar hacer, para que nos den una puta habitación, ya es algo que me hace perder el sabor del encuentro. No me cae bien ni la palabra “telo”. Mucho menos hablarle a un vidrio que no se si del otro lado están esperando que les hable o simplemente, no hay nadie.

- ¿de cuánto? – con voz de estar harto de lidiar con indecisos como uno para acertar con la habitación deseada.

Que buena posición tiene en este caso, el que me atiende, ya que siempre se sale con la suya. Nunca se escucha nada de lo que dice tras ese vidrio espejado o polarizado, pero esa frase la escuchan todos, incluyendo tu chica. Así que, elijas lo que elijas, la habitación será de acuerdo a las ganas que tenga el Sr. invisible, mientras que uno busca un nombre que no suene a “común”. Así es, que una habitación con la palabra “suite”, que no era mucho más cara que una común, pero sí gozaba de un nombre algo más acorde a la situación, dejaba a este galán sin billetera en una posición deseable.

El taxi se fue y nosotros corrimos como dos fugitivos los pocos metros que separan al auto de la puerta. Los nervios, la corrida y estrenar labios nuevos, me sirvieron para fingir una agitación mientras cerraba la puerta y pensando como romper el hielo con una primeriza de los encuentros a oscuras. Pero su iniciativa me ahorró un despliegue del cual no tenía ganas y su seguridad de avanzarme me confirmaba que ella estaba muy asustada. Ella necesitaba sentirse que manejaba la situación, y yo no hice mayor esfuerzo para entregarme a su improvisación.

- Mmm, qué falta de estado, chiquito – mientras recorre su lengua por mi cuello que ahora se contraía con solo sentir su respiración sobre el paso de una lengua hambrienta.

Poco a poco, sus besos me fueron relajando y a su vez, erizando lo que creía imposible. Me desabrocha la ropa y me tira en la cama, mientras hace unos pasos hacia atrás y comienza con una danza algo exótica. Evité pensar lo patético de la situación, ya que me resulta hasta de mal gusto una danza, cuando en verdad la única danza que se puede disfrutar en un telo, es la de dos cuerpos húmedos frotándose como dos animales salvajes. Eso quería yo para olvidar a mi amada salteña, que no es salteña, pero que la vida hizo que esa provincia cambiara el rumbo de su vida.

El baile de esa mujer que parecía un mimbre como se doblaba, estaba logrando que me durmiera. Lo cierto es que intenté recordar como fue que terminé acá con ella que ni el nombre puedo memorizar, pero tengo en claro que esta mujer que se sigue meneando, queriendo de mi algo que ya tiene dueño, quiere vivir una aventura o una venganza hacia su pareja y creyó que yo era la mejor partida (a mal puerto fue por leña).

- ¿Te gusta? – ahora subiéndose a mi cuerpo como una víbora y mordiéndose los labios.

Sinceramente, tenía ganas de mandarla a la mierda y también a esa fiesta que fue la que originó todo esto, en complicidad con un Malbec mendocino de la puta madre. Pero si debía mandar a alguien a la remismísima mierda era sin dudas, a mi mismo. Así que, decidí que era momento de seguir con el sueño de ella y yo con mi pesadilla.

Ambos terminamos boca arriba, uno a cada lado de la cama, con las piernas entrecruzadas. Yo suspiro y vaya a saber que entendió ella por mi falta de oxígeno, que luego de un silencio tembloroso, se empezaron a escuchar los chillidos de una niña llorando. Iba a preguntarle lo que le pasaba, pero era demasiado obvio, así que, la abracé fuerte y dejé que llorara hasta el hartazgo.

El teléfono suena. El turno se terminó y aprovecho para pedir un taxi mientras veo que ella se levanta vergonzosa y corre hacia el baño expulsando una frase

- Soy una boluuuuuuuuuuda – estirando la u acompañada de un llanto que asustaba.

Me acerqué a la puerta del baño, quise explicarle como era este mundo. Que estaba lejos de ser ese paraíso como muchos lo venden y que la soledad no se vuelve nuestro mejor amigo, nunca. Vivir bajo las sombras no es bueno para nadie y en el único lugar donde añoramos un poco de esta, es en medio del desierto. Y quizá, es ahí donde nos encontrábamos en ese momento.

Como dos boludos.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Genial mi estimado Eli!!! muy buenocomo todo lo que usted escribe.. beso
Clau

Anónimo dijo...

Que gran verdad amigo, los telos son inhumanos, aunque a veces no queda otro lugar para un encuentro cercano. Si vos y ella estan prohibidos, tu casa o la suya tambien. Por algo fueron creados estos profanos santuarios del amor.

Anónimo dijo...

y para cuando la segunda parte , o la seguis en el psicologo

Anónimo dijo...

Qué historias!!!
Patética en éste caso, ciertamente. Como dos almas solitarias que no tienen nada en común. NADA.
Qué pena! Siempre puede ser mejor.
Te espero en la pxma. historia. Está bueno.

Anónimo dijo...

patetico es poco, seguis igual , mucha desesperacion y te agarras de cualquier boluda que pasa

Anónimo dijo...

men tratate

Anónimo dijo...

Ladran, Sancho...
fd

Anónimo dijo...

Señal que volcamos

Anónimo dijo...

Amiguito de mi corazon...despues de años de la misma cama... los telos se vuelven maravillosos, sobre todo con quien uno ama!!!, lo que no creo que fuera tu caso esta ves, sigo pensando que tenes que probar algo que no este prohibido por anticipado, buscate alguna loca SUELTA!!!, sabes que te quiero con el alma, aunque nos debemos como unos 20 cafes para ponernos al dia con tanta distancia... ya son millones de cosas las que tengo para contarte, aparecete ... y segui escribiendo que es lo tuyo sin dudas.
TKM Yo "V"

Anónimo dijo...

El zorro pierde el pelo pero no las mañas... ¿hablaste con tu analista el porque de relatar siempre situaciones imposibles? Porque esto es ficcion, ¿no?
Sebas

Anónimo dijo...

vivis en un sueño delirante constante ,vos estas medicado ? no dejes de escribir ,la literatura argentina estaria de luto , jaja ,vos que queres ser escritor.

Anónimo dijo...

si tu analista te dijo eso es un boludo ,cambialo , no gastes guita al pedo