lunes, 24 de agosto de 2009

Mi Otro Yo

Falta poco para mi regreso a Mendoza. Una buena noticia de este viaje es que comienzo con el proyecto de una revista local. Por suerte me voy con trabajo y con algo de tiempo a mi favor, pero aún la extraño. Aun tengo ganas de llamarla.
Parece que el tiempo fue poco. Es algo, pero la dosis de este singular salvador de corazones destrozados, no alcanzó. Y el dolor aflora.
Y duele.
Me pregunto que fue lo que tanto me pegó. He vivido tantas historias, tantas aventuras increíbles, mujeres buenas, otras no tan buenas, pero con todas hubo química, sin embargo con ella fue especial.
No mentía cuando le decía que era la mujer más bella que mis ojos hayan visto. Ella pensaba que yo era un adulador por esencia. También se equivocaba en eso.
Pero gracias a su ex y mi aura seductora, ella nunca me creyó, nunca pudo confiar en mí. Y ese fue mi talón de Aquiles, el que me derrocó, el que acabó con mi sueño y me devolvió al interminable mundo de las mujeres, que día tras día encuentro en mis sábanas y que luego pasan a enmarcarse en esta cosa rara llamada blog.
Ella piensa que pertenezco a este mundo y que mi magia se vio debilitada cuando su presencia acabó con mis musas y mis historias.
Ella se enamoró de mi otro Yo, el que sale, el que cuenta, el que levanta y seduce más por caballero que por seductor.
Pero cuando lo tuvo en sus manos, sus demonios se apoderaron de todos sus sueños y los pisaron junto con los míos, dejando que dos anillos vuelvan a quedar sin dueños.
Hay gente que nace para ser amigo, otras para ser novio. Otros cocinan, otros se entregan al celibato y después estamos nosotros. Una raza rara, casi en extinción, que tiene como fin, despertar sentimientos en personas que parecen haberlos olvidado.
Pero en cada caso, en cada beso que uno da para que esa bella princesa despierte, nos duele, nos desgarra y parece que será el último. Y sin embargo volvemos al ruedo para hacer lo mejor que sabemos hacer: el amor.
No se cuantas veces tendremos que juntar nuestro corazón en pedazos, pero al fin de cuentas, cada beso lo vale.
Ojalá algún día ese beso se encuentre ante la fortaleza de un corazón sólido, que nos tumbe de una vez y nos devuelva a este mundo.
Y yo al de ella.

4 comentarios:

fea dijo...

Dicho así...
... no se para que nací.
Me arruino el día Elian !!!

Blonda dijo...

Comparto el comentario de arriba. Siento que nací para ser la amiga de fierro y la tía postiza de un montón de sobrinos ...

que horror!

besos!

YO V dijo...

Eli, mi querido amigo, yo se por que he leido mil veces tus lagrimas y he escuchado otras tantas ese corazon que lleva tanto tiempo desangrandose por la Sra que solo saber tejer inseguridades.
"Sra que pena me da usted que no supo reconocer en este HOMBRE el amor infinito y la paciencia prodiga que le ha entregado, es mas USTED SE LO PIERDEEEEE ".(Sorry amigo, alguien alguna ves tiene que decirselo)
He sido testigo en la distancia de tu grannnnnn amor y lamento que todavia no puedas CANTAR VICTORIA, no lo puedo creer, te juro que me siento terrible por que yo se que ese otro yo que vos llevas dentro no sos vos mismo.
No puedo abrazarte en persona, pero si con mis palabras ...Todo pasa Eli, y estoy segura que ya a va llegar quien te valore de verdad.
Te quiero montones. Besos
Yo

Anónimo dijo...

Comparto cada palabra "...No se cuantas veces tendremos que juntar nuestro corazón en pedazos, pero al fin de cuentas, cada beso lo vale."
Y seguiré golpeándome, convencida de que algún día alguien demostrará que valió la pena. O tal vez Él, algún día lo entienda.
m.